martes, 19 de mayo de 2009

El voley Peruano - Historia

Introducción

La primera vez que recuerdo haber vivido la emoción del vóleibol fue cuando vi el partido entre Perú y Alemania Democrática en el Mundial del ‘86. Fue tan excitante, que desde ese momento comenzó una afición por este deporte que se manifiesta, entre tantas cosas, en esta sección de mi website. Mi propósito inicial al comenzar Buenaventura fue el de crear un tributo al equipo peruano de los ‘80s que le dio a mi país tantos triunfos y alegrías. Me parecía injusto que hubieran tantos sitios en el internet dedicados a las jugadoras de hoy en día, pero no hubiera nada que le contase al mundo la historia de aquellas dos maravillosas generaciones cuyos nombres los peruanos hemos repetido tantas veces: las dos Gabys (Pérez del Solar y Cárdenas), Cecilias (Tait y del Risco) y Sonias (Ayaucán y Heredia), la otra Heredia (Aurora), la “Chunga” Chumpitaz, Anacé, Carmen, Gina, la “china” Rosa, Denisse, Natalia, Cenaida y las demás integrantes de estas brillantes selecciones.

Debo poner en claro que este website presenta la historia del vóleibol peruano desde mi punto de vista, y que, por limitaciones cronológicas, tal vez no explique muy bien los inicios de esta gran historia. Sin embargo, el conocimiento lo he ido ampliando poco a poco; recién en 1998 conseguí ver la final del Mundial del ’82 en una cinta viejísima, en la cual pude observar cuánto ha avanzado el vóley peruano desde aquellos tiempos. Este proceso de búsqueda de pedazos del pasado se va dificultando mientras se agotan los medios que preservan la historia del vóley (principalmente cintas grabadas). Pronto me quedará tan sólo entrevistar a las mismas protagonistas de esta historia, algo que afortunadamente pude realizar en mi ultima estadía en Lima. El 26 de diciembre de 1999, Gina Torrealva tuvo la gentileza de otorgarme una entrevista en el Olivar de Jesús María—el local donde entrena la selección—para ayudarme a poner esta historia en perspectiva. Gina fue capitana del equipo subcampeón olímpico del ’88 e integrante del sexteto titular subcampeón mundial del ’82. Hoy día Gina es la asistente del dedicado entrenador Man Bok Park, cuyos esfuerzos por mandar al equipo peruano a Sydney 2000 en buen nivel son admirables. Con ayuda de anécdotas y añadiendo su propio punto de vista, Gina me ayudó a llenar los vacíos que me faltaban. Gracias a ella, a las revistas del diario "El Comercio" y a mi padre por infundirme con ese patriotismo deportivo desde chico, he obtenido el suficiente contexto como para narrarles a ustedes la increíble historia de un grupo de mujeres perseverantes, corajudas y solidarias que le dieron a un país pobre como el Perú muchos motivos para sonreír.

1ra Parte: el vóleibol antes de Seúl

LA ERA "AKIRA"

Los ochentas fueron, sin duda, la época de oro del vóleibol peruano. Pero antes de este apogeo hubieron grandes momentos con grandes nombres: Lucha Fuentes, Pilancho Jiménez, Norma Velarde, Irma Cordero, Meche González, etc. Aunque yo nunca las vi jugar, por los comentarios de la generación anterior a la mía tengo entendido que ellas llevaron al vóley más allá de un pasatiempo de barrio, y lo convirtieron en un deporte de destaque nacional, principalmente debido a dos nombres:

Akira Kato, el japonés que hizo grande al vóleibol en el Perú. Con algunas de sus jugadoras entabló fuertes amistades que duraron hasta el día de su muerte en Lima, en marzo de 1982. [Archivos de El Comercio]

Akira Kato—el demandante entrenador japonés, cuya visión del potencial de la mujer peruana comenzó a propulsar a las voleibolistas a nivel internacional. Sus entrenamientos rigurosos al estilo asiático sirvieron para crear una base sólida de fundamentos, y por supuesto, para hacer que las atletas alcanzaran un óptimo estado físico. Akira llegó al Perú por invitación de la Federación Peruana de Vóleibol (FPV) a mediados del ‘65, y estuvo al mando de la selección hasta el fin de los ‘70s. En marzo de 1982, a escasos meses del Mundial de Mayores en el Perú, Akira Kato murió en la ciudad de Lima. El se había encariñado con el Perú y el país ciertamente lo recordará siempre como “el padre del vóleibol peruano”.

El Divino Maestro—el colegio/internado que albergaba a las jugadoras seleccionadas en provincias y traídas a Lima para recibir una educación paralela a los entrenamientos de vóley. Este instituto, por más limitado que haya estado en cuanto a recursos, fue el nido donde se congregaron los mejores prospectos del vóley peruano. Gracias a ello, las jóvenes que fueron seleccionadas podían dedicarse a tiempo completo al vóleibol mientras se desarrollaban en otros campos útiles a su propio futuro. Para un país pobre como el Perú, esta fue una gran ayuda para las jugadoras.

Una vez que Akira Kato logró formar una buena base de jugadoras, las generaciones venideras fueron mejorando cumulativamente. La fórmula de juego que Akira introdujo al Perú fue una fusión del juego rápido de la escuela asiática con el juego de potencia de Europa. La jugadora peruana—que en promedio de estatura no es muy alta—se benefició enormemente del juego rápido asiático, pues así podía esquivar el bloqueo alto de jugadoras físicamente más grandes. Esta fórmula ha caracterizado al vóley peruano hasta el presente, aún después de la muerte de Akira.


El sólo hecho de ver a Mambo sonriendo merece una foto. El se caracterizó por ser parco y seco, hasta maleducado. Pero las jugadoras lo entendían y respetaban mucho, llamándolo "Míster" Park. [Archivos de El Comercio]

LA ERA "MAMBO"

El Perú entero sintió el fin de una era cuando murió Akira Kato en 1982. Pero afortunadamente, una nueva etapa ya había comenzado con la asignación del surcoreano Man Bok Park como entrenador de la selección peruana. “Mambo”—como se le llegó a conocer en el Perú—completó el camino hacia la grandeza internacional, comenzando por el ámbito continental donde el Perú dominó por casi toda la década de los ‘80s.

Mundial Juvenil México '81

En 1981 se llevó a cabo el segundo Mundial Juvenil en México. Estas competiciones internacionales eran valiosas porque brindaban fogueo a las jugadoras a temprana edad. Mambo mandó a un joven equipo que sorprendió y obtuvo la medalla de plata, perdiendo 3-1 contra Corea del Sur en la final. De este jovencísimo equipo subcampeón juvenil mundial salió la base de la generación que triunfaría a nivel mayores hasta fines de los ‘80s: Cecilia Tait, Gina Torrealva, Raquel Chumpitaz, Denisse Fajardo, Natalia Málaga y Rosa García.

IX Mundial de Mayores Perú '82

Mambo rápidamente incorporó a estas energéticas juveniles a la selección de mayores que él dirigía, y ¿qué mejor ocasión para mostrar sus logros que en el mundial de mayores que se llevó a cabo en el Perú en 1982? Complementado por las experimentadas Aurora Heredia, Ana Cecilia Carrillo, Cecilia del Risco, Carmen Pimentel y Silvia León, el equipo peruano utilizó la vitalidad de sus subcampeonas juveniles para lograr una fórmula eficaz. Juntas, lograron una de las derrotas más importantes de esta historia: 3 a 0 sobre los Estados Unidos en la semifinal, algo que nadie se esperó. Con ello, Perú obtuvo el pase a la final del campeonato en su propia casa. Y a pesar de perder por un contundente 3 a 0 ante un brillante equipo chino liderado por la fabulosa Lang Ping, llegar a esa final fue como ganar el


El sexteto que se coronó subcampeón mundial en su propia casa: Cecilia del Risco (6), Cecilia Tait (7), Raquel Chumpitaz (4), Gina Torrealva (11), Aurora Heredia (10) y Denisse Fajardo (9). Fue una hazaña de esas que nadie se esperaba... [Archivos de El Comercio]

campeonato en sí. El coliseo Amauta en Lima fue un pandemonio de alegría, coronando a dos equipos contentos con los resultados obtenidos (como se evidenció en esa histórica foto tomada después del partido).

El podio al final del campeonato: China en primer y Perú en segundo lugar. Un resultado sorpresivo que dejó contentos a ambos países. (En tercer lugar quedaron los EEUU. El entrenador Arie Selinger dijo mucho después que el Perú no debió quedar en tan alta posición. Please, Arie...) Luego nombraron a las mejores jugadoras del campeonato: la china Lang PIng y la peruana Cecilia Tait. ¡Fue un doble honor para el Perú!

* Anécdota: Una de las noches del mundial, las jugadoras peruanas decidieron recurrir a lo sobrenatural para saber cuál sería el resultado en las cuartas-de-final ante el equipo de Japón, pues si ganaban irían a la semifinal ante los EEUU. La capitana Anacé Carrillo utilizó un tablero de ouija para llamar al espíritu del recientemente fallecido Akira Kato. El tablero indicó que sí, efectivamente el Perú le ganaría a ambos equipos rumbo a la gran final. Las peruanas no lo creyeron, e inclusive estaban listas para perder contra Japón e ir rumbo a Trujillo para jugar el partido por el quinto puesto… ¡Gracias Akira! * [Gracias a Gina Torrealva por esta anécdota.]


La histórica foto al final del partido... ¡qué diferencia a los partidos de hoy en día entre Brasil y Cuba!

XXII Juegos Olímpicos Los Angeles '84

La siguiente meta para la selección peruana fue obtener medalla en los Juegos Olímpicos de Los Angeles ‘84. Para entonces, Mambo ya había incorporado a varias jugadoras nuevas: Rosa como la nueva armadora, Natalia Málaga asumiendo una posición titular, Sonia Heredia (hermana de Aurora) y una jovencísima Gabriela Pérez del Solar, que en aquel entonces era altísima pero aún verde a los quince años. El resultado de estas olimpiadas fue un tibio cuarto puesto para el Perú, que perdió la medalla de bronce ante Japón. China se convirtió en el fenómeno de los ‘80s, ganando la medalla de oro sobre los EEUU en otra final arrasadora por 3 a 0.

El ámbito continental

Mientras el Perú crecía a nivel mundial, las eternas adversarias continentales siempre fueron las brasileras (sé que se dice "brasileñas", pero escojo usar esta otra palabra por su mayor semejanza al gentilicio en portugués). A excepción del lamentable capítulo de Santo André en 1981 (donde Perú perdió por una absoluta falta de respeto por parte del público brasilero), Perú ganó todos los campeonatos sudamericanos contra Brasil en los ‘80s (sumando a un total de 12 títulos, contando el del ‘93). No hay que quitarle mérito a Brasil, pues con un estilo similar de fuerza y velocidad combinada, siempre fue digno rival. Afortunadamente para nuestros vecinos sudamericanos, un programa ordenado y cuantioso dinero de patrocinadores ha sustentado un buen campeonato doméstico con un nivel altísimo de juego que ha llevado al vóleibol brasilero a su más alto nivel en la década de los ‘90s.


Un partido entre China y Perú en la Copa del Mundo en Japón 85. Yang Xilan le arma una bola a Liang Yan, con Sonia Heredia y Rosa García alistándose para bloquear.

X Mundial de Mayores Checoslovaquia '86

En 1986, Perú asistió al Mundial de Checoslovaquia con ganas de borrar el sabor de Los Angeles. Para entonces, Mambo ya había incorporado a Gaby Pérez del Solar al equipo. Con su elevada estatura ella se convirtió en una arma esencial en la red, formando un dúo imparable con Rosa García. Parecía una conexión por telepatía la que tenían ellas, pues de cualquier ángulo, a cualquier altura y en los momentos más inesperados Rosa le levantaba bolas rápidas a Gaby que nadie podía defender. Pronto el bloqueo adversario acostumbró a tener siempre a una jugadora subiendo con Gaby, con lo cual las atacantes de puntas tuvieron más ángulos libres por donde efectuar sus ataques.

En Checoslovaquia ‘86, Perú le ganó a Alemania Federal, Brasil, Corea del Sur, Bulgaria y al equipo anfitrión, perdiendo sólo ante Cuba por 3 a 2. Perú obtuvo pase a la semifinal contra la gran máquina china, mientras Cuba y Alemania Democrática (DDR) se enfrentaron en la otra. Esa semifinal la comenzó Perú de manera brillante, con Gaby atacando

impecablemente por el medio y con Denisse y Cecilia imparables por las puntas. El set fue bien reñido, llegando a 14-14, 15-15, 16-16. Perú demostró gran valentía en este set (probablemente uno de los mejores sets jugados por esta selección). La diferencia la puso China, que sí logró los puntos cruciales en los momentos debidos. Recuerdo que en una oportunidad, Cecilia pudo obtener el set-point cuando Rosa le levantó una bola mediana de espaldas que ella reventó con su brazo zurdo. Lamentablemente para las peruanas, la fabulosa defensa de Zheng Meizhu impidió que la bola tocara campo chino. Gracias a esa jugada espectacular, China recuperó la bola y luego hizo dos puntos para cerrar el set en 18-16. Fue tan desalentador para las peruanas perder ese primer set que en los dos siguientes sets Perú se desvaneció por completo, dándole a China un pase fácil a la final contra Cuba.

Un poco desanimadas llegaron al partido por la medalla de bronce ante un fuerte equipo de la DDR. Las peruanas se veían tiesas y privadas de su típico espíritu luchador. Perdieron el primer set cuando un mate de la alemana Ute Oldenburg pegó en el bloqueo peruano, rebotó en la cara de la alemana, y cruzó la red para caer en campo peruano . La suerte de Alemania fue como sal en la herida, pero así también se ganan puntos en los deportes... En el segundo set, la DDR parecía distanciarse hacia la victoria; las alemanas llegaron a 9-2 cuando Mambo pidió tiempo-¡y qué les habrá dicho porque regresaron a la cancha transformadas! Poco a poco, las peruanas se concentraron y lograron desbaratar al equipo alemán. Gaby y Rosa reanudaron su conexión milagrosa y prácticamente rescataron al equipo de un consecutivo cuarto lugar. Nunca olvidaré sentir cómo el Perú se iba despertando con cada mate de Gaby; al final del cuarto set uno ya sentía venir la victoria, además que en aquellos tiempos, América Televisión ponía la famosa canción de “manos peruanas, gloriosas se elevan y ¡punto!” con banderas en el trasfondo mientras se escuchaban a las suplentes gritando de emoción... ¡era todo un espectáculo!

Fue importante ganar esa medalla de bronce por otra razón—tal vez una de la cual la mayoría de los peruanos nunca se percataron: en plena guerra fría, el Perú logró clasificarse entre los cuatro mejores equipos del planeta como el único país no-comunista del grupo. (China campeonó, Cuba ganó la medalla de plata, y la DDR quedó en 4to lugar.) Si uno supiera cuán diferentes eran las sociedades que crearon a estas deportistas, uno podría apreciar lo bien que las peruanas se midieron frente a los productos humanos de aparatos deportivos que los gobiernos comunistas utilizaban para reforzar y fomentar su ideología.

Después de Checoslovaquia ‘86 la selección nacional pasó por una fase de renovación, dándole oportunidad a jugadoras como Cenaida Uribe, Sonia Ayaucán y Luisa Cervera para adquirir experiencia. A la vez, Rosa, Natalia y Gaby comenzaron a asumir roles de liderazgo en ausencia de las jugadoras más experimentadas (que se fueron a jugar a la liga profesional italiana). En aquel entonces, el programa de desarrollo del vóley peruano era muy bueno, pues organizó giras por Japón y Corea y aseguró la participación peruana en competencias importantes como los Juegos de la Buena Voluntad en Moscú ‘86 y los Panamericanos de Indianápolis ‘87, en donde Perú ganó plata en ambos. Con los meses repletos de torneos, giras y prácticas rigurosas, y jugando contra los mejores equipos del mundo, la selección peruana llegó a la cúspide de su nivel en la Copa Japón de 1987.

1987: el mejor resultado a nivel internacional

La Copa Japón (torneo similar a la Copa del Mundo) se llevó a cabo con el sistema experimental del “rally-point”, jugándose a 30 con dos puntos de diferencia. El resultado no fue muy prometedor, pues los sets se alargaron demasiado. No fue hasta 1989 que el rally-point sería implementado para el quinto set solamente, y en 1999 para todo el partido.

Gina, Rosa, Sonia y Natalia felices al ganarle a la URSS. [AméricaTV]

En este torneo, Perú enfrentó a las campeonas mundiales chinas—que estrenaban a una nueva jugadora central, Li Yueming—y terminaron ganándoles a las asiáticas en 5 sets. Esta victoria sobre el mejor equipo del mundo sirvió para alentar enormemente a las peruanas. Luego le ganaron a Japón, que contaba con la fabulosa levantadora Kumi Nakada organizando una típica ofensiva japonesa rapidísima. Tras jugar otros partidos, Perú llegó al partido definitorio ante la URSS y sus poderosas atacantes Irina Smirnova y Valentina Oguienko. Con un triunfo, Perú se aseguraría el primer puesto en este torneo de gran importancia. Y así fue, con una victoria por 3 sets a 1 que le dio al Perú su primer título internacional venciendo a los mejores equipos del mundo (a excepción de Cuba que no asistió). Sin embargo, aún cuando la victoria ya era peruana aún quedaba un partido más por jugarse ante los EEUU, que había dicho que si bien Perú era el campeón de la Copa Japón no se llevaría la copa invicto. En cinco sets, el Perú venció y se quedó con la última palabra en el asunto, anunciándole al mundo que iba a luchar duro por el oro en las Olimpiadas de Seúl. (¡Ya se imaginan lo que pasó por la mente de todos los equipos cuando Cuba anunció su segundo boicot olímpico consecutivo!)

En los meses anteriores a las olimpiadas, el equipo peruano asistió a dos campeonatos en Europa Oriental: la Copa Chivilín en la URSS y la Copa Liberación en Checoslovaquia. Ambos campeonatos los ganó la URSS, indicándole al Perú que las soviéticas también iban con todo hacia la medalla de oro. A pesar del sistema ofensivo más simple y menos creativo que usaban las soviéticas, el resultado era increíblemente efectivo por su fuerza y altura. Manteniendo a este rival en mente, Perú partió hacia Seúl con las más altas esperanzas.

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